Nunca sabemos cómo el viaje de otro puede allanar el nuestro.
Mira, te cuento una historia. Una historia que leí hace unos días.
Una historia que es el vivo ejemplo de que si haces cosas, pasan cosas.
Se trata de una mujer cuyo marido se va de la casa y la deja con dos hijos.
La mujer, de repente, se ve con más gastos y con la necesidad de ingresar al menos US$500 más por mes.
No se lo piensa y empieza a vender ensalada de pollo a sus vecinos.
Ensalada de pollo. Sí señora. De las cosas que puedes hacer para vender, haces ensalada de pollo.
Le tenía fe, supongo.
Y evidentemente hizo bien, porque el primer mes llega a su objetivo, y el segundo, y el tercero, y así hasta que alguien la denuncia por vender comida sin tener ninguna aprobación bromatológica.
Siempre hay uno.
Igual, tiene sentido.
Ahí se le corta el chorro, pero ella ve que su ensalada de pollo gustaba, entonces empieza a buscar formas para seguir adelante.
Le toca la puerta a un amigo de su familia al que se le daban bien los negocios, y el tipo le sugiere abrir su propio restaurante, en el que él invertiría y del que formaría parte.
Así es como abre su restaurante de…. ensalada de pollo.
Un restaurante de ensalada de pollo, si.
Chicken Salad Chick, se llama.
Y ensalada de pollo que va, ensalada de pollo que viene, se enamoran.
Y les va muy bien y abren dos restaurantes más, y luego un sistema de franquicias.
La historia de pronto se pone triste porque, en medio de su expansión, a él le diagnostican un cáncer muy avanzado de colon.
Entonces crean la Fundación Chicken Salad Chick para apoyar la investigación de cáncer de colon y juntos organizan un concierto benéfico en un estadio (sí, en un estadio) con una de las principales figuras de la música country en ese momento (Kenny Chesney, ni idea).
El no llega a verlo, pero ella sigue adelante en memoria de él.
Todo esto, en menos de 10 años.
Y todo esto, porque empezó sin pensarlo demasiado pero tuvo curiosidad y ambición suficientes para ver qué más podía hacer, hasta dónde podía llegar.
Hoy el negocio vale US$100 millones.
Mi conclusión:
No le des tantas vueltas y empieza. Confía en lo que ofreces. Ya el camino se irá abriendo. Estate atent@ a las oportunidades.
¿Hubo algo de suerte en su historia? ¿Qué hubiese pasado si no se encontraba con ese amigo de la familia al que se le daban bien los negocios? ¿O qué hubiese pasado si no estaba disponible?
No podemos saberlo. Quizás nada pasaba, quizás todo pasaba pero de otra forma. Lo cierto es que ella eligió tomar las oportunidades que se le presentaron.
Y, como dijo Bill Gates, las oportunidades grandes nacen de haber sabido aprovechar las pequeñas.
¿Te cuento más historias? Sale y vale. Pero por e-mail.
