Libro obligatorio para autoconocimiento: «El elemento»

“Creo fervientemente que todos venimos al mundo con tremendas capacidades naturales y que, a medida que crecemos, vamos perdiendo contacto con ellas. Una de las principales razones por las que esto ocurre es por nuestro sistema educativo. El resultado es que demasiadas personas nunca llegan a conectar con sus verdaderos talentos y, por consiguiente, no son conscientes de los que son capaces de lograr.”

En El Elemento, Ken Robinson comienza comparte montones de ejemplos de personas que han encontrado lo que el llama “el elemento” – ese lugar en donde lo que amas hacer se encuentra con lo que eres buena o bueno haciendo, en donde nos sentimos en eje con nuestra verdadera identidad, en donde experimentamos la libertad y el tiempo luye y pasa de una manera diferente.

Quizás si has escuchado o leído sobre el ikigai (o si has leído mi resumen de “Mi pequeño ikigai”), este concepto te suene.

En esencia, son parecidos, pero el enfoque de Ken Robinson es distinto del que Miralles y García plantean en Mi Pequeño Ikigai.

Mientras que Mi pequeño Ikigai sirve como una guía para descubrir eso que Robinson llamar “el elemento”, Robinson habla de lo importante que es conocerlo y sacarlo a la luz.

Mediante decenas de historias, el libro es un llamado a cuestionarnos nuestras elecciones, nuestra educación, y nuestra mentalidad.

“No sabremos quienes podemos llegar a ser hasta que sepamos lo que somos capaces de hacer.”

Hace un repaso por el sistema académico, sobre cómo vamos perdiendo contacto con nuestra esencia a medida que crecemos, y sobre la gran diversidad de la inteligencia y el talento humano, cuestionando tests de inteligencia como el QI.

“La gente parece pensar que la vida es una linea recta, que nuestras capacidades declinan a medida que nos hacemos grandes, y que las oportunidades que perdimos están perdidas para siempre.  Muchas personas no han encontrado su Elemento porque no comprenden que tenemos el potencial de renovarnos constantemente.”

Ken Robinson nos habla sobre el rol que juega nuestro ambiente a la hora de encontrar nuestro “elemento”:

“Cuando la gente de tu entorno cercano te desalienta a tomar el camino que tu quieres, generalmente piensa que lo hace por tu propio bien (…) y la realidad es que alguien que trabaja en una oficina probablemente tenga mayor seguridad financiera que un trompetista de jazz: pero es difícil sentirse realizado cuando no estas realizando algo que a ti te interesa.”

“La decision de ir a lo seguro, de tomar el camino con menor resistencia, puede parecer tentadora, particularmente si tienes dudas o miedos sobre las alternativas. Y a algunos les puede resultar más fácil evitar roces y ganar la aprobación de la familia. Pero  otros no.”

Y resalta que “algunas de las personas en este libro tuvieron que tomar distancia de su entorno por algún tiempo para convertirse en las personas que querían ser”, y nos cita el caso de Bob Dylan y Paulo Cohelo.

“Lo que cada uno de ellos logró hacer es sopesar el costo de ignorar la opinión de sus seres queridos y el de renunciar a sus sueños.”

Este libro no va a ayudarte a descubrirte per se, como quizás si lo haría Mi Pequeño Ikigai, pero es un empujón a que te observes y mires lo que has construido y en base a qué decisiones. Más que de autoconocimiento es de autocuestionamiento.

Y si eres madre o padre, te va a servir para mirar los talentos y capacidades de tus hijos desde otra perspectiva, con otros ojos.

Definitivamente, un libro para reconsiderar muchas creencias.

No te vas a arrepentir de leerlo. Cómpralo desde aquí mismo.