“Cuando el explorador está preparado, su camino aparece”.

Así empieza “Mi pequeño ikigai” de Miralles y García.

Te comparto algo muy pequeño de lo que aprendí.

Ikigai significa literalmente “una vida que vale la pena”, aunque se lo suele traducir como “propósito de vida”. Es tu motor interior.

Ikigai es una herramienta de autoconocimiento muy útil en momentos de crisis vocacionales, cambios de rumbo, simplemente para cuando estamos buscando algo que nos conecte más conecte más con nuestra esencia.

Ikigai se encuentra en el centro de:

1. lo que amas, 
2. aquello en lo que eres bueno, 
3. aquello por lo que pueden pagarte, 
4. y lo que el mundo necesita.

No sé para ti, pero a mi me resulta un ejercicio bastante complejo.

«Puedes tener varios ikigais a lo largo de tu vida, y a veces ninguno», nos dicen.

“¿Cómo distinguir si un placer o una afición puede ser tu ikigai? Hay una prueba que puede ser muy útil para saberlo. Si sientes que fluyes con lo que estas haciendo, tal vez has encontrado el trabajo de tu vida.”

“No te instales en la duda”, resaltan. «Puedes pararte un rato a pensar, pero no dejes nunca que el miedo a avanzar te paralice por mucho tiempo».

«Si quieres ser un campeón, tienes que entrenar sin miedo a equivocarte»

Si estas en el camino del autoconocimiento, es un libro bonito para leer con una narración muy sencilla, aunque quizás más orientado a adolescentes.

Igualmente, a mis 36 resalté varias frases que me han servido y me han llevado a escribir este blog y montar Comunidad The Soup.

Te dejo con una frase del libro con la que me encantaría estar de acuerdo pero aun no lo sé:

“No persigas el éxito. Simplemente has lo que amas, aquello en lo que crees, y el éxito llegará de forma natural.”

Es así realmente? Siempre?

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